martes, 27 de agosto de 2013

Las Zanahorias, el Huevo y el Café : esas historias que me ayudaron a reflexionar



Me contaron que una hija se quejaba a su progenitor por los infortunios de su inexperta vida; no sabía qué ni cómo hacer para seguir adelante.
Estaba cansada de luchar en vano; cuando solucionaba un problema, ahí nomás, aparecía otro. Su padre era cocinero y hombre de pocas palabras. Después de escuchar los lamentos reiterados de su hija esa mañana, llenó tres ollas con agua y las colocó sobre el fuego. Prontamente estaban hirviendo. En una de ellas colocó zanahorias, en otra huevos y en la última granos de café.
La muchacha se preguntaba por las intenciones de su padre que no alcanzaba a comprender. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un pote; luego hizo lo mismo con los huevos y por último coló el café y lo puso en otro recipiente. Luego preguntó: - "¿Qué ves?" - "Zanahorias, Huevos y Café", fue la respuesta inmediata.
El cocinero pidió a su hija que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y observó que estaban blandas. Luego le dijo que tomara un huevo y lo rompiera; al quebrar la cáscara se dio cuenta de que estaba duro. Luego le señaló que probara el café y al gustarlo disfrutó de su rico aroma.
La joven preguntó: - "¿Qué significa todo esto?".
Él entonces explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: el agua hirviendo. Sin embargo los tres habían respondido de manera totalmente diferente.
La zanahoria cedió su dureza por blandura; el huevo cambió fragilidad por firmeza; solamente los granos de café lograron transformar el color y el sabor del agua.
El cocinero agregó: - "Dime querida, cuando la adversidad golpea tu puerta ¿Cómo le respondes? ¿Eres zanahoria, huevo o un grano de café?"
Cuantas personas que se jactan de su dureza desfallecen ante la primera contrariedad...! Otras en cambio inesperadamente, pareciendo débiles, se fortalecen en los conflictos; muy pocos, en cambio, son capaces de superar las causas del dolor con una reacción positiva, inesperada, armónica, para bien de todos.
En vez de maldecir la temperatura del agua podríamos investigar la calidad de nuestra respuesta.

El aroma del buen café impregna, es inconfundible, neto, siempre bien recibido.

lunes, 19 de agosto de 2013

Las Tres Rejas


Soy hacedor de mis elecciones y responsable de sus consecuencias. Ser cuidadoso con nuestras palabras es también una decisión personal.  Cuando emito un juicio hacia otro estoy eligiendo como quiero vincularme, que tipo de relación quiero sostener.

Las palabras son mitad de quien las emite y mitad de quien las recibe.  Para lograr una comunicación efectiva dar por supuesto que el otro recibe lo que deseamos expresar es partir de una premisa equivocada.  Si mi mensaje no llega de la forma esperada probablemente sucedieron dos cosas:
  • 1.     Mi mensaje fue emitido en forma errónea
  • 2.     El receptor lo interpreto desde las emociones de sus experiencias pasadas

Las palabras son sencillas pero complicadas a la vez. Pueden ser constructivas o destructivas según las formas en que se las exprese.

Por lo tanto, cuando emitimos un juicio deberíamos tomarnos un tiempo para elaborar cual es la mejor forma de hacerlo, ya que, tiene importantes consecuencias en nuestros vínculos con el otro y el logro de objetivos en común. Nuestras palabras pueden erosionar la confianza que los otros tienen en nosotros y desmerecer la autoestima de quienes nos rodean. Nuestros mensajes  deben ser congruentes con aquello que decidimos ser.

Antes de emitir una opinión deberíamos analizar su fundamento y preguntarnos que es lo que queremos lograr a través del mismo.

Existen tres rejas que podemos tener en cuenta antes  de enunciar nuestro juicio de valor

  • 1.     Es cierto:  con esto nos referimos a pensar si se trata de un comentario que escuchamos, es una opinión producto de nuestras vivencias pasadas, o si se trata de un hecho.

  • 2.     Es constructivo , es destructivo: midamos antes de emitir nuestra opinión si va a agregar un valor o simplemente es una descarga temporal que disminuye la autoestima del otro.

  • 3.     Es absolutamente necesario: a veces la inacción es mas beneficiosa que la acción cuando no se tiene en claro las consecuencias que puede generar o si el costo de esa acción tendrá altas consecuencias no deseadas.

Nos encontramos emitiendo opiniones diariamente, muchas veces sin ser siquiera conscientes.  Esto sucede en nuestra zona de confort pero podemos elegir salir.

No es fácil realizar un cambio, pero siendo conscientes que tenemos la posibilidad de pensar antes de expresar una opinión, tenemos la libertad de elegir que es lo que deseamos transmitir y como queremos construir nuestras relaciones.

Yo  ya elegí  y vos?


domingo, 4 de agosto de 2013

Reivindicando el Perdón







Desde chicos nos enseñaron a pedir perdón cuando nuestras acciones no eran las esperadamente correctas. Quien no escucho de sus padres la frase imperativa ”vas ya a pedir  perdón por contestarle mal a la señora”  o  “ le pedís disculpas a tu hermano por pegarle”. Sin embargo, en este énfasis de enseñarnos a hacer lo correcto no nos explicaban  que  el saber perdonar y perdonarnos tendría una importancia vital en nuestras vidas.

Entre esas ordenes correctivas, nadie tomaba en cuenta, si estábamos enojados, nos habíamos sentido amenazados y si pedir ese perdón implicaba sentirnos obligados y sometidos.

Cada experiencia esta asociada a un recuerdo en nuestro inconsciente que se relaciona con una emoción. Esta combinación es el resultado de nuestros actos. En síntesis, si el perdón se asoció a una emoción positiva, probablemente, tengamos mas habilidades para manejar las disculpas, en cambio, si esta vinculada a una imagen de sometimiento nos sentiremos presos en la palabra perdón.

Esta mal tratada palabra perdón merece una reivindicación para aquellos que desean iniciar un cambio en sus vidas y de esto que trata este articulo.

 Perdonar es dejar de desear que el pasado sea distinto.”


Perdonar no implica someterse ni agachar la cabeza. No significa validar el comportamiento del otro.  Es simplemente dejar ir el enojo, liberarnos y ser congruentes con la armonía y equilibrio que deseamos en nuestra vida.

Un buen inicio es comenzar a perdonarnos a nosotros mismos, elevando, así nuestra autoestima y la confianza en nuestras palabras y promesas. La paz comienza por uno mismo . Poner limites con amor es síntoma de una personalidad sana.

Te dejo una tarea con estas preguntas:
  • ·      Hay alguien a quien deberías perdonar y siempre lo pospones?
  • ·      Estas dispuesto?
  • ·      Cuando lo harás?