jueves, 11 de junio de 2015

Resentimiento o libertad




Nos han fallado, nos causaron un daño irreparable y nos invade el enojo, la rabia e incluso terminamos sufriendo. Sentimos  que hemos sido victimas de una injusticia y nos enquistamos en el resentimiento, haciendo así, que todo lo demás pierda valor o desaparezca. Nos enfocamos en la venganza y  en el resarcimiento en lugar de buscar la solución que nos permita liberarnos de este estado de animo, que sostenido en el tiempo, nos hace esclavos de emociones displacenteras.

Desde el resentimiento nos conectamos con diálogos internos negativos. Nos solemos escuchar repitiéndonos “me las vas a pagar”, “ ya te va a tocar” entre muchas otras. Imbuidos en el sufrimiento que esto nos genera, perdemos nuestra sensación de autocontrol y golpeamos nuestra autoestima. Nos sentimos victimas inocentes de las circunstancias e invertimos nuestro tiempo en diseñar excusas que justifiquen ante nuestro entorno nuestro comportamiento mientras intentamos juntar adeptos a nuestra causa.

 Cuando nos sentimos resentidos, enarbolamos amargados la bandera de “ yo soy la victima y el otro es el culpable” anulando toda posibilidad de solución del conflicto.

Para salir de la trampa que genera el resentimiento resulta útil respondernos las siguientes preguntas para así lograr un cambio de observador que nos permita descubrir alternativas de acción

  1.      .  ¿Qué beneficios me da el estar en un estado de resentimiento?
  2.      .   ¿Qué tipo de alivio me genera el sentirme inocente y señalar al otro como culpable?
  3.     .   ¿De que oportunidades me estoy perdiendo?
  4.      .  ¿Con que emociones puedo conectar para encontrar alternativas de acción?
  5.      .  ¿En que grado pude ser responsable de este daño?
  6.    . . ¿Fueron mis pedidos claros con respecto a lo que yo esperaba?
  7.      . ¿De que forma puedo entablar una conversación con la persona que me agravio?
  8.     .   ¿Tengo miedo de enfrentar al causante de ese daño?
  9.      .  ¿Cual es el peor de los escenarios?
  10. .  ..  ¿Cuál es el mejor de los escenarios?
  11.  .  ¿De que forma puedo aceptar y perdonar?


 Otra técnica que te recomiendo para favorecer el cambio de observador y abandonar el resentimiento consiste en escribir una carta a aquel que te ha causado dolor describiéndole cómo te sientes, explicándole qué fue lo que te  lastimó y cómo te afectó en esos momentos de tu vida.
 Revisa la carta e identifica los sentimientos, pensamientos y recuerdos que provocaron y mantienen el resentimiento y subrayalos. En un segundo paso, imaginate que sos esa persona.
 y contesta la carta, explicando la situación desde su punto de vista.
 Al terminar de escribir esta segunda carta, léela y piensa si esa persona estaba consciente del daño y dolor que te provocó y si eso era lo que quería.

Si tu respuesta es afirmativa, aprende a perdonarla y deja el pasado atrás. Cuando perdonamos logramos un mayor bienestar.
Si tu respuesta es que no quiso dañarte, con mayor razón perdonala, pero no te  critiques por haber estado resentido este tiempo.
Recuerda que hiciste lo que en esos momentos lo que eras capaz de hacer.Posiblemente, hacer esto una sola vez no sea suficiente, pero con la práctica lo vas a ir logrando.



El resentimiento tan solo trae beneficios a corto plazo brindándonos un espacio de inocencia  comoda y sintiéndonos  merecedores del apoyo de los demás. Con el paso del tiempo, nos volvemos esclavos otorgándole el poder de nuestras emociones a aquella persona que creemos nos agravió. 

No podemos evitar encontrarnos en situaciones no deseadas, sin embargo, podemos elegir utilizar todos nuestros recursos para superarlo, diseñando planes de acción que nos permitan soltar, perdonar y descubrir que hay mucho por delante.  Victimizarse no es la solución. Solo aquellos que eligen ser protagonistas de su vida lograrán encontrar el camino a su libertad.  Ser libre, ejercer el autocontrol, y actuar en consecuencia, es una de las tantas formas de querernos mas.



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