lunes, 19 de agosto de 2013

Las Tres Rejas


Soy hacedor de mis elecciones y responsable de sus consecuencias. Ser cuidadoso con nuestras palabras es también una decisión personal.  Cuando emito un juicio hacia otro estoy eligiendo como quiero vincularme, que tipo de relación quiero sostener.

Las palabras son mitad de quien las emite y mitad de quien las recibe.  Para lograr una comunicación efectiva dar por supuesto que el otro recibe lo que deseamos expresar es partir de una premisa equivocada.  Si mi mensaje no llega de la forma esperada probablemente sucedieron dos cosas:
  • 1.     Mi mensaje fue emitido en forma errónea
  • 2.     El receptor lo interpreto desde las emociones de sus experiencias pasadas

Las palabras son sencillas pero complicadas a la vez. Pueden ser constructivas o destructivas según las formas en que se las exprese.

Por lo tanto, cuando emitimos un juicio deberíamos tomarnos un tiempo para elaborar cual es la mejor forma de hacerlo, ya que, tiene importantes consecuencias en nuestros vínculos con el otro y el logro de objetivos en común. Nuestras palabras pueden erosionar la confianza que los otros tienen en nosotros y desmerecer la autoestima de quienes nos rodean. Nuestros mensajes  deben ser congruentes con aquello que decidimos ser.

Antes de emitir una opinión deberíamos analizar su fundamento y preguntarnos que es lo que queremos lograr a través del mismo.

Existen tres rejas que podemos tener en cuenta antes  de enunciar nuestro juicio de valor

  • 1.     Es cierto:  con esto nos referimos a pensar si se trata de un comentario que escuchamos, es una opinión producto de nuestras vivencias pasadas, o si se trata de un hecho.

  • 2.     Es constructivo , es destructivo: midamos antes de emitir nuestra opinión si va a agregar un valor o simplemente es una descarga temporal que disminuye la autoestima del otro.

  • 3.     Es absolutamente necesario: a veces la inacción es mas beneficiosa que la acción cuando no se tiene en claro las consecuencias que puede generar o si el costo de esa acción tendrá altas consecuencias no deseadas.

Nos encontramos emitiendo opiniones diariamente, muchas veces sin ser siquiera conscientes.  Esto sucede en nuestra zona de confort pero podemos elegir salir.

No es fácil realizar un cambio, pero siendo conscientes que tenemos la posibilidad de pensar antes de expresar una opinión, tenemos la libertad de elegir que es lo que deseamos transmitir y como queremos construir nuestras relaciones.

Yo  ya elegí  y vos?


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